martes, 21 de febrero de 2012

Deseo

 Cuando te miro deseo. Deseo cuando te toco y leo con los dedos lo escrito en tu piel. Amor en el aire, deseo en tu mirada. Te acercas, no dices nada y corres ¿Quien sabe donde vas? Pero vuelves, te refugias. Deseo en tus quedas palabras susurradas en mi oído, y complices nos fundimos en un mar de cariño, me abrazas y ahí mismo se siente el deseo.
 Cuando te marchas deseo, deseo desesperado de verte, cuando besas, cuando cierras tus pensamientos y con simples actos te expresas, deseo. Lloran tus ojos cuando beso mas allá de tu cuerpo y aun así muerdes tus labios con ansias, deseo. Juegas con mente de niña, cuerpo de mujer, movimientos de gata, ágil, veloz y sagaz. Te ríes y deseo, te persigo siguiendo un camino dejado por tus huellas en la cama, saltas, te acuestas y sintiendo con mis manos tus fuertes latidos se que hay en el medio de las dos, deseo. 
 Cuando subes encima de mi y miras fijo deseo. Cuando bailas y te mueves, muestras lo que sabes, lo que eres. Ropa en el piso, tu cuerpo y el mio, se mezclan en un halo de pasión y deseo. Queman las pieles juntas, roces inocentes que se meten debajo de nosotras, cantas con tu voz, gritas y deseo.
  Cuando me tomas de la mano, deseo. Deseo llevarte a un sitio que tu quieras y mostrarte con mas que palabras lo que vales, como te veo. Loca voy a tu encuentro y si nos miran los de afuera mas deseo. Me exiges que sea tuya, se que sos mía y cuando nos pertenecemos, deseo.
 Aunque somos mas que una frase, sabemos como dibujarnos, nos complementamos y si están en contra mas nos gusta. Te beso, siento el pecado a flor de piel y deseo, deseo tenerte una y otra vez mas cerca, por que te observo y no encuentro otra palabra que pueda describir lo que somos, deseo. ¿Amor?  

viernes, 10 de febrero de 2012

Una vez mas para vos.

 Aveces las palabras quedan demás, aun así cuando no te das cuenta de todas las cosas que te digo aunque no sean directas hacia vos. Pero lo sentís, te das cuenta cuando algo es tuyo y lleva tu escencia en el. 
 Como pude pensar que el tiempo iba a cerrar las heridas, mas cuando te sigo viendo ahí, igual, serena, calma y fría. 
  Tengo la esperanza de cambiarte, cada cosa en mi vida va cambiando de una manera precipitada, pero vos seguís en el mismo lugar, no corres, no temblas. Niña de rosa chicle, ojos negros y collares de metal, sigues siendo el motivo de mis aflicciones del corazón. 
  Paso por momentos turbios, y todavía puedo parar a escribirte, a mirarte de nuevo. Sos mi recreo y regreso a clases, esa tortura y deseo de encontrarte, en cada pasillo, a cada instante. 
  Tu sonrisa metalizada y gestos sutiles siguen gravados en mi como si te hubiese visto ayer, como un hológrafa de hiel. Inútil tratar de alejarme, de no pensarte por que todos los caminos se dirigen a vos, a la lejanía de tu piel. Pequeña, todavía recuerdo cuando me hundía en tus ojos y caminaba de tu mano, cuando todavía era humano para mi mirarte de otra forma. 
 Pero siempre vas a volver, no a mi lado, si no a mi, a mis palabras, en cada mujer que mire. No fuiste mi primer amor, mucho menor la ultima ilucion, pero sos lo que pega fuerte cuando no estas... Y extraño esa ternura fría que me regalabas.