La vida nos obliga a caer en la realidad pero aveces, hace que te golpees fuerte. Cuando tratas de que las cosas vayan bien, de dar lo que nunca diste y compartir, no sucede como queres y ahí te encuentras niña, llorando tras un computador, leyendo cosas sin sentido repetitivas veces... Como una canción de día de lluvia, triste y vacía.
Ves como se va perdiendo todo eso que tanto querías, lo que tanto trabajo te costo asimilar, cuando te enamoras ya no es la misma vida y cuando te lastiman esa misma te destruye. Así de sencillo se van volcando palabras que hieren, mentiras que van clavando cada vez mas hondo el cuchillo y aun sigues diciéndole que lo quieres. Por que, por que, por que? Te preguntas mil veces mientras abrazas la almohada y una queda voz en el teléfono va endulzando tus oídos... ¿Que ganas con creerle? O mejor dicho, ¿Que estas dispuesta a perder por ello?
Y aunque grites, cierres los ojos o corras, el recuerdo de las mismas palabras te perseguirán como tu sombra y te harás revivir una y otra vez la miseria de ese momento, miles de corazones que se rompen, miles de vidas que se acaban. Gritos suicidas de un amor infundado en una triste mentira, te vuelves loca con el latido de tu propio corazón y no paras, no paras, no paras... ¿No crees que es momento para dejar de llorar?
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